Más que un amigo

Carta de un amigo para Cesar Romero Abolafio.

Cesar, te escribo para contarte que hoy estamos muy tristes. Hay noticias que a nadie le gustaría recibir ni tampoco dar, y esa noticia la recibí ayer.

Un amigo nuestro me contaba que no pudiste vencer esa enfermedad que todos la vemos como lejana y que en cierta forma, pensamos que nunca nos tocará vivirla y mucho menos superarla. Sé que peleaste mucho, como pelea una persona joven y con tantas ganas de vivir. Muchos obstáculos te frenaban pero tu peculiar y sabia perspectiva de ver y afrontar la vida nos enseñaba mucho a todos los que tuvimos la suerte de conocerte.

Me considero muy afortunado de haberte tenido como amigo, compañero y abecés hasta psicólogo, tu sabes que hemos pasado momentos muy difíciles pero yo tuve la suerte de tenerte. Pienso en injusticia, en destino, en sentido, pero nada me ayuda ni me ayudará a encontrar respuesta a tal noticia, en estos casos tu sabes que no existe consuelo para los que más te queremos.

Mazarrón, esa pequeña localidad que te vio nacer y crecer, que tanto defendías cuando yo decía algo en contra, hoy llora tu perdida. Siempre pensé y pienso que eres una persona como pocas, que amaba a las personas y las comprendía hasta límites que ni yo entendía, y tu sabes por que te lo digo.

Es increíble el vuelco que nos puede dar la vida, no hay reglas a seguir para llegar a nuestros objetivos, las únicas limitaciones son las que nosotros mismos nos ponemos, y tú te quitaste una de ellas cuando hicíste esa exposición de fotografía que tanto deseabas hacer.

No voy a ir a despedirte, porque no me gustan las despedidas y por que prefiero recordarte como lo que eres, y esa imagen nunca se borrará de mi cabeza y mi corazón. Hoy prefiero llorarte y extrañarte en soledad, pensando en todos esos tan buenos momentos que pasamos, y lo cómodo que nos sentíamos cuando nos reuníamos a compartir una comida o un café. Eras el único que me preguntaba si necesitaba algo, y que injusticia que ahora que sí necesito algo ninguno de los dos podemos hacer nada.

El cáncer me intentó robar tu amistad pero tu recuerdo me ayudará a mantenerla para siempre y aprender que como tu bien decías, no hace falta mucho para ser feliz y tu lo fuiste.

Amigo mío te quiero mucho y que tengas un buen viaje