Recordando el terrible suceso que azotó al camping de Bolnuevo el 7 de Septiembre de 1989.

Las inundaciones son uno de los riesgos naturales más frecuentes que tienen lugar en la Región de Murcia. El río Segura y sus principales afluentes, llámense ríos o ramblas, se caracterizan hidrológicamente por su irregularidad, alternándose enormes crecidas con inundaciones y acusados estiajes. Rogativas a la virgen de la Fuensanta y demás vírgenes que se adoran en esta región para que llueva y lamentos por las dañinas inundaciones son una constante en la historia de La Región de Murcia.

Se pueden contar por decenas las inundaciones sufridas solo en el siglo XX, pero nos centraremos concretamente en una…
El episodio que puso en evidencia la exposición creciente al riesgo fue el del 7 de septiembre de 1989. Esa fecha será tristemente recordada por la tragedia del camping de Bolnuevo. Las embravecidas aguas de la rambla de las Moreras acabaron con la vida de dos personas y el municipio mazarronero sufrió pérdidas por valor 2.300 millones de pesetas entre viviendas y agricultura, por lo que el Ayuntamiento acordó en pleno solicitar la declaración de zona catastrófica.
Como dato daremos que solo en la década de los 80 se registraron varias inundaciones, destacando por su infernal virulencia las de noviembre de 1987 y las de septiembre de 1989, como las más catastróficas de este periodo. Como ya hemos comentado antes, la última riada con víctimas mortales fue la ocasionada en septiembre de 1989 por la Rambla de Las Moreras. Según cálculos realizados por la C.H.S. por dicha rambla llegó a circular un caudal punta de 1.300 m3 /s; la onda de avenida fue de varios metros de altura al estrecharse la rambla a 1,5 km en dirección al poblado de Bolnuevo, desbordó su lecho de inundación estacional y arrasó todo a su paso, infraestructuras urbanísticas, invernaderos agrícolas y el propio camping de Bolnuevo, que se encontraban en el lecho de inundación de la rambla, las situaciones que se vivieron fueron tremendas y las imágenes, dantescas.

Tras nuestras indagaciones y entrevistas realizadas en la zona, estos son algunos de los comentarios que hemos escuchado:
“Es sencillo lo que paso aquí con el antiguo camping de Bolnuevo, estaba construido sobre una vieja rambla y claro cuando llego el agua se lo llevo todo... Estas cosas pasan por no respetar las ramblas y los viejos cauces de los ríos secos desde hace muchos años. Y tampoco nos damos cuenta que cuando llueve el agua es la que manda, su camino ya lo tiene hecho y se lo lleva todo por delante....”

“El 7 de septiembre de 1989, sobre las 13 horas, era un día apacible de finales de verano y sin previo aviso, se convirtió en un infierno del que nuestro pueblo tardó años en reponerse física y psíquicamente. El día tornó hacia una repentina oscuridad y una muralla de cúmulo nimbos de desarrollo vertical procedentes del mar, acompañados de fortísimas rachas de viento ascendentes, convirtieron la bahía de Mazarrón y la cuenca de la rambla de las moreras, de 266 km2 de superficie y 25 km de cauce principal, en un auténtico infierno”.
“Aquello fue una muralla de agua y lodo a razón de de 1300 m3/segundo se precipitó sobre la rambla y arrasó el camping de Bolnuevo en plena temporada estival, con un saldo de dos muertos. El paisaje de las caravanas flotando y los barcos rescatando supervivientes sobre el mar, fue dantesco”.
“Ya ves me acuerdo como si fuera el mismo día, era un niño con 12 años y de hacer un día esplendido en 15 minutos se hizo de noche, empezó a llover con una fuerza impresionante y como a la hora, salio el sol, salí y vimos el desastre. Las caravanas en el mar, la rambla se había llevado el camping como si nada. Ole por la gente como paco el pipa y todos los que ayudaron a rescatar a la gente que se pudo, hubo muchísimos muertos, nunca dijeron la verdad”.
Daniel Acosta ballesta.

Soy miembro de un club de buceo de Murcia que está asociado a Protección Civil desde su fundación en los años 80, el club fue condecorado por participar como voluntarios para prestar ayuda y colaborar en el rescate de la gente con la embarcación que disponíamos en aquellas fechas. Paco Martínez.

Según se desprende de los comentarios de estos entrevistados, casi todo el mundo del puerto de Mazarrón y del pueblo de Bolnuevo, piensan que nunca se contó la verdad de aquel desastre, nunca se vio claro el numero real de victimas, quizá por que las autoridades competentes se sintieran impotentes, ya que se toparon con una cruel realidad que prefirieron callar, y es que sencillamente no podían saber cuanta gente murió en la riada. Primero por que el fango mezcla de barro con todo tipo de materiales y objetos se precipito sobre el mar creando un brazo marrón arcilloso que se adentraba varios kilómetros hacia el fondo. Segundo, por una razón muy sencilla. La riada se llevo todo por delante, y al decir todo, es todo. Incluidos los archivos en los que estaban detallados todos los movimientos de caravanas, coches y personas que en ese momento ocupaban las diferentes parcelas del camping. Sin los archivos, dar el número de ocupantes del camping era imposible y si era imposible saber las personas que se encontraban en ese momento allí, ¿Cómo se puede saber y hacer oficial que solo fueron dos las victimas mortales?
A día de hoy, veinte años después de la catástrofe, todavía se pueden ver en el lecho marino de la desembocadura de la Rambla de Las Moreras, caravanas y otros objetos semienterrados en decenas de toneladas de lodo… ¿Cuántos cuerpos anónimos, sin identificar y sin que nadie los haya reclamado puede que estén allí sepultados?

Por Antonio Pérez Martínez.
Coordinador S.E.I.P. en la Región de Murcia